Por Karina Cicovin*


 

Desde hace unos cuantos días intentamos saber más sobre los focos de incendios que se produjeron en diferentes zonas del país. Por qué, cómo y quién.  No es de ahora y tampoco pronto será el fin. Pero es el momento de profundizar aún más en este tema y difundir lo que pasa. Darle voz a quienes cada día se preocupan y ocupan por defender nuestra naturaleza, por generar conciencia y enseñar que no se trata de una mercancía. Nos sorprenden estos ecocidios, pero no logran desalentar a los ambientalistas que trabajan en red y ponen el cuerpo a pesar del momento de pandemia que vivimos. ¿Qué podemos hacer nosotres para ayudar, para frenar esta desertificación que terminará con el banco de semillas que encontramos en el bosque nativo, en su mantillo?  Podemos todo, de manera colectiva y organizada se puede lograr.  Empezar por la reflexión del mundo que queremos habitar, pensar qué cosas podemos aportar para ayudar, de eso se trata esta nota.

Conversamos con Sandra Lario, ella vive en Tanti, un pueblo serrano en la provincia de Córdoba. Hace diez años es docente, profesora de Filosofía, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba.

Pertenece al Colectivo de Educadorxs Desde el Sur, una organización que trabaja las dimensiones de lo político, lo pedagógico y lo sindical articuladamente.

Sostienen que la escuela es un territorio de lucha y apuestan a la defensa de la escuela pública, las condiciones dignas de enseñanza y aprendizaje, la defensa de los derechos de niños, niñas y jóvenes y la defensa y el cuidado del ambiente.

¿Cómo evalúan tantos focos de incendios en zonas protegidas?

Los incendios que vienen azotando nuestra provincia así como otras regiones de Argentina, de Nuestra América, por ejemplo lo que sucede en los humedales, creemos junto a muchísimas organizaciones que son intencionales y que son los modos en los que se profundizan las políticas extractivistas en nuestros territorios. Por ahí leí la frase que dice que “los incendios llegan donde no llegan las topadoras”. Acá en Córdoba ha sido clarísimo en tanto que el territorio dañado corresponde en grandes proporciones a las zonas denominadas rojas y amarillas de monte nativo, que requieren de políticas de conservación y muchas pertenecen a reservas naturales, Si tuviéramos que plantear los motivos, más bien decimos que es una política ecocida ya que ha sido señalada la sorprendente coincidencia cronológica en la forma en la que surgieron los distintos focos sobre todo en los últimos 15 días de agosto y en la forma en que se permitió que avanzara sobre zonas protegidas.

Lxs especialistas y militantes del ambientalismo coinciden en expresar que han sido intencionales y que en todos los casos coincide el aprovechamiento de estos desastres para negociar la tierra como una mercancía.

¿Cuáles son los intereses y cómo se los enfrenta? ¿Existen políticas públicas al respeto?

Según las regiones se puede asociar los incendios a distintos intereses como el agronegocio y la cría de ganado, el desarrollo inmobiliario y el trazado de rutas y autovías. Lo que vemos con desesperación es que frente a estos intereses el gobierno provincial no actúa protegiendo el ambiente o generando políticas de remediación sino más bien al contrario. Frente al desastre que ya consumió aproximadamente 43000 hectáreas declararon la emergencia agropecuaria destinando partidas para productores. Y si bien sabemos que los incendios afectaron a muchos pequeños productores queda invisibilizado el problema de quienes viven del monte y toda la problemática ambiental que afecta flora, fauna, cuencas hídricas, el aire, todo ese daño que es irremediable. Porque para nosotrxs el monte nativo no es un recurso natural o un bonito paisaje solamente, es hogar, es alimento, medicamento, es el lugar al que pertenecemos. De alguna manera los incendios se complementan con otras acciones que configuran una política expropiadora y depredadora. Vemos también que no es casualidad que haya sucedido en plena pandemia. Tanto acá como en las zonas donde la minería causa estragos, la cuarentena ha servido para la profundización y avance de las heridas del neoextractivismo. Voy a dar un ejemplo: yo trabajo en la comuna San Roque, en el Valle de Punilla, un poblado pegado al Lago San Roque que ha crecido en paralelo al cordón de las sierras chicas y llega hasta la zona del Paredón del dique. En esa zona generaron un desastre a cielo abierto hace algunos años con la construcción de un puente sobre el lago, que costó lo que cuestan 11 hospitales o aproximadamente 80 escuelas. Destruyeron cerros enteros y obligaron a desplazarse a familias que tradicionalmente habían habitado esas montañas. Ese puente construido con megamáquinas chinas era un eslabón de una autovía planificada en el marco proyecto IIRSA. El objetivo era y es construir un corredor bioceánico que una Porto Alegre con Coquimbo para traslado de materias primas fundamentalmente. Se logró impedir que la autovía se construya atravesando zonas rojas de bosque nativo y un mega yacimiento de uranio, a través de la movilización social y de participaciones masivas en audiencias públicas.

En San Roque gracias al articulación de organizaciones y con la participación de la escuela se creó una reserva natural en la zona donde pretendían que pasará la autovía, la Reserva Natural Quisquisacate. Este año en plena cuarentena nos dimos cuenta de que habían alambrado y cerrado senderos. El hecho fue denunciado y se abrieron los accesos. Pero con los incendios esta reserva se quemó casi totalmente. Se dice que es una política del gobierno provincial también porque en la mayoría de las reservas no se garantizan las condiciones de cuidado y preservación, ni existen presupuestos destinados para eso.

Más allá de que una figura legal de patrimonio no garantiza nada si no hay un pueblo que cuide el monte, el abandono funciona activamente dejando avanzar este saqueo a la naturaleza. Y eso también se ve en la falta de recursos para el manejo del fuego donde muchos focos lograron apagarse por la garra increíble de vecinxs y de lxs bomberxs que llevaban días jugándosela apagando el fuego hasta con chicotes artesanales. Lamentablemente también se hizo evidente la manipulación de algunos medios de comunicación que asociaban esta situación a cuestiones accidentales o intenciones individuales. Por ejemplo linchar mediáticamente a un trabajador de la salud que fue detenido compulsivamente mientras circulaba por la zona de los incendios en el norte de Córdoba, acusado de prender un foco, “a metros del puesto de control policial”. Creemos a pesar de este triste panorama que existe un gran nivel de conciencia en las comunidades y que existió una solidaridad increíble para intervenir en las urgencias. En el barrio donde vivo en Tanti, muchas personas frenaron el avance del fuego en medio de una quebrada y en plena oscuridad para que no llegara al barrio. Al otro día salieron a pagar focos que se habían encendido nuevamente junto a 3 bomberos que venían de una localidad muy lejana a cubrir la zona y no la conocían.

¿Cómo se logra la participación de la comunidad para cuidar la naturaleza y el medio ambiente?

También creo que la reacción de la gente que se autoconvocó y protestó el sábado 29 de agosto en diferentes lugares de nuestra provincia es una muestra de esa conciencia, de saber que el ambiente no está en la agenda de los gobiernos y que somos nosotrxs lxs guardianxs de la pacha. Que esta afirmación no es una cuestión ingenua, sino que necesitamos revisar y construir una relación de copertenencia porque la concepción capitalista colonial que nos muestra la naturaleza como recurso, como objeto de consumo, de aprovechamiento, de explotación, nos ha llevado al momento desastroso que estamos padeciendo. En eso la escuela sin duda tiene un papel importante, porque es un espacio público de encuentro y compartición de saberes. Lo hemos visto en el increíble despliegue que han hecho las multinacionales del conocimiento y las TICs para instalar la educación remota en los sistemas educativos, durante pero también más allá de la pandemia. Bayer Monsanto y CREA acaban de largar otra capacitación a docentes en estudios de suelo y nuevas tecnologías y Agtech dicta cursos a través del INET en nuevas tecnologías en el campo. Esta intervención de multinacionales en la formación docente sucede porque hay Ministerios que lo avalan. Y las conducciones sindicales no se están poniendo firmes ante estas avanzadas que son neocoloniales y terriblemente privatizadoras. Desde la educación tenemos una tarea importantísima, ya que en el encuentro con estudiantes y familias, desde ahí, podemos generar procesos de transformación que construyan y recuperen esos saberes de la tierra, y que contribuyan para la organización de las comunidades en los procesos donde queremos que crezcan nuevos brotes. Que el dolor de lo que nos pasa se transforme en esperanza colectiva.

El Colectivo de Educadorxs Desde el Sur lo que busca es transformar las prácticas capitalistas coloniales y patriarcales en la educación. Desde esa mirada es que defienden con mucha fuerza la perspectiva de género y la ESI en educación. En la organización trabajan horizontalmente y deconstruyen las lógicas de participación que el patriarcado ha construido sin tener mucha conciencia de eso.  Participan en el sindicato también, aunque más del 80% de las docentes son mujeres y muchas son jefas de hogar, los cargos más importantes en el sindicato están cubiertos por varones a nivel de la conducción, alineada con las cúpulas gremiales a nivel general. Construir otro sindicato tiene que ver con construirlo con una perspectiva de género, un trabajo contra el patriarcado en las formas en las que se encarna en la práctica sindical.

Claramente queda mucho por hacer, Laura se encuentra investigando sobre pedagogías descoloniales y luchas contra el neoextractivismo, principalmente indagando en los modos en los que se producen las subjetividades y la relación con la naturaleza que establecemos en las prácticas educativas.

Pueden seguirles en facebook: Colectivo de Educadorxs Desde el Sur

 

 

*Karina es Fotógrafa. Diplomada en Investigación Fotográfica en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Estudios avanzados en Lic. Artes en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

 

Fuente: https://revistaemancipa.org