Con la disponibilidad del Etiquetado de Eficiencia Energética de Viviendas, la empresa se posiciona como pionera en ofrecer este aval que mide tanto

el rango de consumo como las emisiones de CO2/contaminantes

que genera cada UF, a partir del uso de luz que realizan.

 

 

 

 

 

 

Como parte de su ADN corporativo, MAHE Desarrollos Inmobiliarios impulsa activamente acciones que preserven el medio ambiente y otorguen sostenibilidad a sus proyectos. En esta oportunidad, la empresa se suma a una tendencia en la construcción sustentable y anuncia que -luego de un proceso de capacitación de su equipo-, incorpora el Etiquetado de Eficiencia Energética a sus viviendas. De esta manera, la compañía se posiciona como la primera del sector en disponer de la certificación de sus unidades funcionales, según los requerimientos energéticos de cada una.

 

Este certificado de calificación determina cuánta energía consume una propiedad por año y por m2, confiriéndole un rango al consumo y otro a las emisiones de CO2/contaminantes que se genera mediante el uso de luz que realiza cada unidad funcional. “El objetivo es que el comprador o inquilino cuente con esta información y conozca los beneficios de la implementación, que en su mayoría son importantes ahorros económicos, y a priori, sustentables”, comenta Martín López, Gte. de Proyectos y responsable del proceso de etiquetado para MAHE.

 

Al igual que los electrodomésticos -en donde las etiquetas indican cuánta energía van a disipar para su funcionamiento y apuntan a reducir el consumo-, la etiqueta en el mercado inmobiliario brinda una calificación que va desde la letra A, para los edificios más eficientes, hasta la letra G, asignada a los menos eficientes, y también buscan reducir el impacto socioambiental. “Como una regla mnemotécnica, las etiquetas van desde la A de ahorro, a la G de gasto.”

 

La etiqueta de eficiencia energética de viviendas impacta sobre los valores de la propiedad y también sobre el de las expensas. Pero es importante entender que no busca reducir o dejar de realizar determinadas actividades para evitar el consumo de energía, sino que su objetivo es utilizar la energía de la forma más económica, segura y limpia posible.

 

La calificación en la etiqueta de cada unidad funcional depende de: la ubicación y orientación de la vivienda, la envolvente (tipo de materialidad de muros exteriores), el tipo de aberturas que se utilizan así como, la protección que tengan las mismas (postigos, persianas, parasoles, pérgolas, otros), los “obstáculos” que tenga la vivienda (arboleda, aleros, otros edificios), la eficiencia de los equipos y elementos de iluminación, entre los principales items.

 

Si bien en la Argentina está prohibida la venta de electrodomésticos que no cuenten con este etiquetado, en materia de Real Estate, la incorporación aún se encuentra en un proceso incipiente”, agrega Lopez.

 

Para ser verdaderamente Responsables: todavía falta mucho camino por recorrer

 

En Argentina, el sector residencial representa más del 30% de la energía consumida, la cual proviene en su mayoría de recursos naturales no renovables, y este consumo aumenta significativamente año tras año.

 

Estamos convencidos de que, aunque entendemos que todavía se trata de evangelizar sobre la responsabilidad individual, y como sociedad, que tenemos frente a la carbono neutralidad, con la incorporación de este sello distintivo, nos posicionamos un paso adelante en el mercado inmobiliario sustentable, promoviendo la inversión y el desarrollo de proyectos con cualidades diferenciales”, finaliza Ariel Venneri, socio fundador de MAHE Desarrollos Inmobiliarios.

 

Desde sus orígenes, la propuesta de PH Eco busca abarcar los intereses del nuevo consumidor quien enuncia la necesidad de conjugar confort -espacios amplios dentro de cada unidad- y mejoras en los costos asociados a una vivienda, con soluciones que permitan generar bajo impacto ambiental de las estructuras.

 

 

Más información: https://mahe.com.ar
Lkd: mahe-ph-eco