La construcción sustentable se relaciona de forma directa con al menos cuatro ODS: 3 (salud y bienestar), 7 (energía asequible y no contaminante), 11 (ciudades y comunidades sostenibles) y 12 (producción y consumo responsable).

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) considera que una “economía verde” es aquella que mejora el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas. En su forma más básica, una economía verde sería aquella que tiene bajas emisiones de carbono, utiliza los recursos de forma eficiente y es socialmente incluyente.

En una economía verde, el aumento de los ingresos y la creación de empleos deben derivarse de inversiones públicas y privadas destinadas a reducir las emisiones de carbono y la contaminación, a promover la eficiencia energética y en el uso de los recursos, y a evitar la pérdida de diversidad biológica y de servicios de los ecosistemas. Dichas inversiones han de catalizarse y respaldarse con gasto público selectivo, reformas políticas y cambios en la regulación. El camino hacia el desarrollo debe mantener, mejorar y, si es necesario, reconstruir el capital natural como activo económico fundamental y fuente de beneficios públicos, especialmente para las personas desfavorecidas cuyo sustento y seguridad dependen de la naturaleza (PNUMA , 2011).

En este sentido, la economía verde:

  • Reconoce el valor del capital natural e invierte en él.
  • Es primordial para la mitigación de la pobreza.
  • Crea puestos de trabajo e impulsa la equidad social.
  • Sustituye los combustibles fósiles por energías renovables y tecnologías con bajas emisiones
    de carbono.
  • Promueve un uso eficiente de los recursos y la energía.
  • Facilita una vida urbana más sostenible y una movilidad baja en carbono.
  • Crece con mayor celeridad que una economía marrón y permite conservar y restaurar el capital
    natural.

En Argentina, la construcción detenta un 4% de empleos verdes, vinculados a actividades como la construcción sostenible; obras de infraestructura hídrica, provisión de agua y saneamiento; instalación de infraestructura para la generación de energías renovables; instalación domiciliaria de equipos para el uso de la energía solar térmica (calderas y calefones solares); Alrededor de un 15% del sector de la energía y combustible y un 39% del sector transporte están también asociados al empleo verde. En materia de energía, los trabajos se concentran en la generación de fuentes renovables, en tanto que en el transporte lo están con el ferrocarril, el transporte marítimo y fluvial, y el transporte carretero público de pasajeros.

En relación con las actividades de gestión de residuos sólidos y líquidos, el 83% del empleo asalariado puede considerarse verde de acuerdo a OIT.