La infraestructura de la primaria rural N° 12 es el centro del aprendizaje; se desarrollan proyectos especiales; 80 chicos cursan en tres aulas, en dos turnos

MAR CHIQUITA.-«El alcohol de ajo sirve para contrarrestar el ataque de gusanos, ácaros y pulgones; el arroz con sulfato de cobre para ahuyentar las hormigas, y el purin de ortigas es fertilizante, repelente y agroecológico, pero no se te ocurra olerlo porque es muy feo», cuenta Pedro, de la Escuela Primaria N° 12, de Mar Chiquita, la primera institución educativa pública «100%» sustentable, que se convirtió en sí misma en el mejor manual de aprendizaje para sus alumnos.

Pedro es uno de los 80 alumnos que concurren a este establecimiento rural plurigrado inaugurado hace un año, y que por sus características se convirtió en objeto de estudio transversal para todas las materias. En el turno mañana, 60 chicos cursan en tres grupos: en un aula los del primer ciclo (1°, 2° y 3° grado); en otro, los de 4°, y en la restante, los de 5° y 6°. Por la tarde hay una sola sala en la que conviven chicos de 1° a 6°.

Los chicos aprenden a sumar o a restar con los cálculos que hacen sobre las plantas o las hojas de la huerta que cultivan en el terreno, o de las que crecen en la amplia galería a la que dan las tres aulas. Comprendieron los fenómenos climáticos y los puntos cardinales por la orientación de la escuela, y el aprovechamiento de los vientos del sur y la fuerza del sol sobre el noroeste para aprovechar mejor los paneles solares ubicados sobre el techo y la calefacción natural por la galería vidriada diseñada delante de las aulas.

 

La escuela en sí misma permite aprender mucho», admite María Florencia Capornio, que asumió la dirección del establecimiento este año y lidera el equipo pedagógico de 12 docentes. «Los chicos investigan más sobre sustentabilidad y tienen un rendimiento muy elevado», sostiene al comentar que recibió elogios de los graduados del año pasado que comenzaron el nivel secundario en otra escuela de la zona, y que tiene un «muy buen desempeño en Ciencias Naturales».

La Escuela Primaria N° 12 celebró el jueves pasado su primer año de funcionamiento con un encuentro con padres, docentes, vecinos, integrantes de la ONG uruguaya Tagma, liderados por Juan Pablo Méndez, que debutó en Jaureguiberry con un establecimiento similar y que continuará en Chile, probablemente en la zona de Valparaíso con una réplica, y buscará extenderse al menos en un colegio en cada país de América Latina de las mismas características. Es decir, que sea una construcción sustentable y realizada por toda la comunidad y con el respaldo de empresas privadas. En el caso de la escuela de Mar Chiquita, acompañan el proyecto Ala, Disney y Direct TV.

«Ya nos comimos algunos tomates y estaba muy ricos», admite Iván, otro alumno que señala que el calor que disfrutan en el invierno en la escuela les permite tener plantas tropicales en la galería. «Mar Chiquita tiene por lo menos entre 3°C y 5°C menos que Mar del Plata durante el invierno, y solemos tener temperaturas bajo cero, pero nosotros dentro de la escuela vivimos entre 17°C y 24°C», plantea Juana, compañera de Pedro y de Iván al oficiar de «guía» de la escuela a los visitantes.

Además de aprovechar las características propias del edificio para estudiar las materias curriculares -comunes a cualquier escuela rural bonaerense-, los alumnos forman parte del programa Custodios del Territorio, de la red de la Unesco, que entre otras cuestiones efectúa observación y recuento de aves en la zona de la laguna de Mar Chiquita.

«La cantidad de aves que hay en la laguna nos permite confirmar la calidad climática y del agua», expresa Emma, que el año pasado trabó con sus compañeros, padres, docentes y unos 500 voluntarios para levantar la escuela, que se construyó en un mes. «El año pasado fue muy emocionante. Antes no sabíamos qué era la sustentabilidad. Aprendimos mucho y tenemos un gran entusiasmo por venir a la escuela. No nos gusta faltar», concluye.