Los pangolines son los mamíferos más traficados del planeta.

 

Imágenes tomadas por World Animal Protection y la Unidad de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre (WildCRU) de la Universidad de Oxford capturan el momento en que cazadores ilegales acaban de manera brutal con la vida un pangolín para vender sus partes en el mercado negro, en Assam, al noreste de la India.

 

Para ver el video de la investigación encubierta de la captura de un pangolín, AQUI

 

Estas alarmantes imágenes, capturadas por un investigador encubierto con su teléfono móvil, muestran el momento en que un pangolín aterrorizado se esconde en el tronco hueco de un árbol y se aferra desesperadamente a la vida, mientras sus captores lo jalan de la cola. Los cazadores emplean sus hachas para cortar el árbol, pero como el animal se niega a salir, prenden un fuego para atacarlo con el humo. El animal, medio asfixiado y a punto de perder la conciencia, hace un último intento por escapar, movimiento que es aprovechado por los cazadores para atraparlo, mete rlo en un saco y llevarlo a una chabola donde ha de continuar el suplicio. En la choza, el pangolín es golpeado, una y otra vez, con un machete hasta que queda prácticamente inmóvil. Chorreando sangre y, quizás con vida todavía, los cazadores lo meten en un caldero hirviente, donde finalmente acaba la trágica lucha.

 

A los pangolines se les conoce como los mamíferos más traficados del planeta, pero estas imágenes muestran el grado de crueldad al que se les somete cuando se les caza ilegalmente. Este espeluznante video es parte de un estudio de dos años llevado a cabo por investigadores de World Animal Protection y de la Universidad de Oxford sobre prácticas tradicionales de cacería en el estado de Assam, en la frontera con Bután. Tras entrevistar a más de 140 cazadores locales, los investigadores encontraron que los pangolines son muy perseguidos por sus escamas: por un solo pangolín, los cazadores obtienen el equivalente a cuatro meses de salario. Por otra parte, parece que los cazadores de estas comunidades no están conscientes del papel que desempeñan en el negocio del tráfico internacional. Y es que los traficantes ilegales, que luego venden las partes del animal en el mercado negro, más allá de las fronteras, obtienen cuantiosas ganancias.

Las escamas de pangolín se usan en la medicina tradicional asiática, sobre todo en China y Vietnam.  Las escamas están hechas de queratina, el mismo material de que están hechos el pelo y las uñas de los seres humanos, y no tienen ningún valor medicinal comprobado. En algunos países, la carne de pangolín se considera un manjar, y las escamas también se usan como objetos decorativos en rituales y joyería. Se considera que estos animales están en grave peligro de extinción como consecuencia de la caza ilegal.

 

Al meditar sobre el tema, el Dr. Neil D’Cruze, Asesor Mundial de Vida Silvestre de World Animal Protection e Investigador Líder, señala:

“Sofocados por el humo, apaleados repetidamente, cocinados vivos… Es un suplicio horroroso… Los pangolines sufren inmensamente”.

 

“Las imágenes capturadas arrojan luz sobre la manera despiadada en que se caza a los pangolines. No estamos solo ante un problema de conservación, estamos ante un problema de bienestar animal de proporciones descomunales. Si queremos proteger a los pangolines del dolor y el sufrimiento en los países de los que provienen, tenemos que frenar el tráfico ilegal”.

 

A su vez, el profesor David Macdonald, de la Unidad de Investigación para la Conservación de la Vida Silvestre (WildCRU), del Departamento of Zoología de la Universidad de Oxford, manifiesta que “El incremento en la demanda de pangolines, impulsado por la medicina tradicional asiática, les pone un precio muy alto a estos animales. Es fácil ver por qué se les explota comercialmente: el dinero que se obtiene por las escamas de un solo pangolín puede cambiarles la vida a las personas de estas comunidades. Pero no es algo sostenible: el número de pangolines silvestres está comenzando a caer precipitadamente”.

 

 

Aunque no se sabe a ciencia cierta cuántos pangolines quedan en el campo, se piensa que, entre el 2000 y el 2013, más de un millón fueron extraídos de su hábitat natural2. Existen ocho especies de pangolín3 y todas aparecen incluidas en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especies en peligro de extinción4.

 

World Animal Protection trabaja incansablemente por prevenir la crueldad animal en todo el mundo. Ciertamente, se ha da seguimiento a la caza y al tráfico ilegal de pangolines, pero la manera tan cruel en que se les caza ha sido pasada relativamente por alto.

 

Para combatir el tráfico mundial de cuerpos y escamas de pangolines, y para protegerlos del sufrimiento exacerbado al que son sometidos, pedimos:

 

  • Que se apliquen las leyes nacionales e internacionales
  • Que se saque a los pangolines de la Farmacopea de la República Popular China, el manual de medicina tradicional que usan todos los que trabajan en la industria
  • Que se invierta en la producción y promoción de alternativas sintéticas y herbarias
  • Que los gobiernos, las ONG y la comunidad de medicina tradicional asiática realicen esfuerzos combinados y coordinados para eliminar la demanda de medicinas tradicionales hechas a base de pangolín, sobre todo en China y Vietnam.
  • Que se apoye la búsqueda de modos de vida alternativos, la mitigación de la pobreza y la puesta en marcha de programas educativos en las comunidades rurales del mundo entero donde haya pangolines para detener así esta matanza.